Cuando se menciona el nombre de Nasyerih Yeverino, hay que hacer una pregunta obligada ¿la charra o la vaquera?, ¿la barrilera o la escaramuza?
Su tiempo y su vida deportiva se dividen en estos dos mundos parecidos y a la vez tan distintos, pero que definitivamente la identifican por la pasión, el compromiso y la entrega que tiene por ambos.
Lo más importante en ambas disciplinas y el común denominador son los caballos, a quienes Nasyerih cuida y protege con mucho esmero y cariño.
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“Para mí los caballos son muy importantes, me han enseñado mucho a ser paciente, me ayudan a tocar tierra y no perderme”.
Dólar fue uno de los primeros ejemplares que usó para las competencias de barriles, y lo obtuvo luego de vender otro que le había regalado su marido, tras obtenerlo en el trueque por una bocina.
Aunque pareciera que la disciplina de los barriles se practica sola y la de escaramuzas acompañada, en realidad Nasyerih considera que en ambas se trabaja en solitario.
En los barriles es una sola competidora la que va a caballo y todo depende de ella, pero en escaramuzas el trabajo individual es el que finalmente da el triunfo al equipo.
“Somos un equipo en el que cada quien hace su parte, cada parte es igual de importante y confío en que las demás lo harán igual o mejor que yo”, afirma.
Sin embargo, en ambas disciplinas detrás del trabajo hay todo un equipo de personas que lo hacen posible, como caballerangos, veterinarios, herradores, entrenadores, y de ellos también depende el éxito.
“Siempre estás apoyada por mucha gente. Todo mi círculo cercano es pura gente exitosa, entregada y buena persona”.
Además de su faceta como deportista, es mamá de Argelia y Regina, también esposa de Jaime, a la par se dedica a la producción de eventos y está al cuidado de 36 caballos, de los cuales seis son propios.
Quizá parece un mundo caótico, pero con ayuda de mucha gente y una planeación ordenada, Nasyerih sortea día con día todas sus pasiones.
A BASE DE TERQUEDAD
Nasyerih empezó a montar y practicar barriles a los 14 años con el entrenador Héctor Coss, pero afirma que no era buena haciéndolo, sin embargo su terquedad y disciplina la mantuvieron en la lucha por mejorar hasta lograr sus primeros triunfos.
“Era muy mala, pero era muy disciplinada y pues siempre fui terca”, relata.
En 2002 obtuvo los primeros frutos de su esfuerzo: el Campeonato Estatal de Coahuila y quinto lugar en las finales nacionales de Hermosillo, Sonora, en complicidad con La Sabrosa, la primera yegua que usó de manera profesional en los barriles. Después vinieron también Milo y 350.
Su siguiente objetivo es ser campeona nacional, pues aunque ya logró el Circuito Nacional de PRCA, esta es una corona que aún le falta ganar y para lo cual ya tiene dos caballos listos para dar la pelea.
“En los barriles, por más buena que seas y aunque tengas todo tu equipo de alta gama, si tu corazón y tu mente no están preparados para ganar, no vas a ganar, y eso me gusta mucho, que es una disciplina que haces sola y no hay a quien le eches la culpa”.
Ahora que Nasyerih se ha demostrado a sí misma hasta dónde puede llegar, sólo desea poder estar activa y seguir montando al menos hasta que cumpla 70 años.
LA FACETA CHARRA
En el 2001 Nasyerih estuvo por primera vez en un equipo de escaramuzas, pero sólo por cuatro meses y lo tuvo que dejar para realizar sus estudios. Diez años después hizo pruebas para ingresar a la Internacional de Saltillo y después formó Manzanares, en Arteaga.
Sin embargo, en su cabeza seguía la idea de formar un equipo de alto rendimiento... y fue en el 2022 cuando se hizo realidad. Los entrenamientos empezaron en diciembre de ese año.
“El logro más importante creo que ha sido mantenernos juntas y en un buen nivel deportivo, porque es bien difícil integrar ocho mujeres, ocho vidas, ocho familias, ocho esposos”, afirma.
EN CONSTANTE CRECIMIENTO
Para Nasyerih, los títulos que se logran en una competencia son importantes, pero más allá de ellos hay algo que no se compra ni se compara con nada: ser una mejor persona.
“Lo que he ganado no se compara con lo que he logrado en mi crecimiento personal, en toda la gente que me rodea y esa es mi mayor satisfacción: rodearme de pura gente igual de apasionada, que aman a los caballos, que quieren su bienestar, que quieren crecer, ganar y que soy un ejemplo para mis hijas”.
Afirma que otra de sus recompensas es voltear atrás y ver el proceso que ha tenido que llevar para ser la competidora que es hoy en día, con triunfos y fracasos incluidos.
“Me da mucha satisfacción ver el proceso de la Nasyerih que era hace tres años a la que soy ahorita. Te lo digo con mayúsculas: yo me considero una campeona”.
Sus dos reglas más importantes tanto en el rodeo como en la charrería es anteponer el bienestar de los caballos antes que un triunfo, y después dar todo en el ruedo o la arena al salir a competir, sin importar los comentarios de las personas.
“Mientras tú salgas de competir o de montar y no te quedes a deber nada a ti misma, al saber que hiciste tu mayor esfuerzo, ya ganaste”.
LA CHARRA DE SALTILLO
Un sueño, un viaje, el aeropuerto y el mantel de papel de un restaurante fueron sólo el inicio de una historia de éxito que reunió a ocho mujeres saltillenses en un proyecto que las ha llevado al triunfo personal, incluso antes de subir a un podium.
En el 2019, Nasyerih y su entrenador Heriberto Saénz hicieron un viaje a Sonora para comprar un caballo, estando en el aeropuerto tenían a la mano el mantel desechable de un restaurante, ahí anotaron 10 nombres de candidatas a integrar su equipo.
Las mujeres de aquella lista no estaban disponibles en ese momento, pues pertenecían a otras escuadras, pero Nasyerih y Heriberto estuvieron dispuestos a esperar hasta que fueran ellas y nadie más.
“Hasta que estas ocho digan que sí, hacemos el equipo”, fue el acuerdo.
Pasaron dos años para que por fin pudieran coincidir e iniciar el anhelado viaje juntas.
Una travesía que antes de permitirles pisar los más importantes lienzos del país, las ha llevado a un viaje hacia su interior para demostrar que su fuerza interna tiene el poder necesario para llevarlas a otro nivel de competencia.
“Lo más importante ha sido ganarnos a nosotras mismas, que nos sintamos orgullosas de nuestro resultado. Y creo que ese es parte del éxito de este equipo, que el triunfo siempre es hacia adentro”, asegura Nasyerih.
Pero no sólo se trataba de ser buenas personas, también se necesitaba que esas mujeres estuvieran dispuestas a hacer lo necesario para que su equipo no fuera uno más, sino uno de alto rendimiento.
Son mujeres disciplinadas, honestas, apasionadas, ordenadas, talentosas, empáticas, valientes, aguerridas y desde hace cuatro años forman parte de la escaramuza Charra de Saltillo que este año refrendó su título como la tercera mejor del país.
De la mano de Nasyerih, estas mujeres han puesto todas sus habilidades y talentos a su máximo nivel para poner en alto el nombre de la capital de Coahuila en un tiempo récord.
En diciembre del 2022 empezaron su historia juntas. Entre 2023 y 2025 pasaron a la semifinal del Congreso y Campeonato Nacional Charro, y en los últimos dos años además han llegado a la Gran Final obteniendo en ambas ocasiones el tercer puesto.
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En el Campeonato Millonario, otro de los más importantes en México, se coronaron como campeonas, y también han sido ganadoras estatales por Coahuila en dos ocasiones.
Todo ha sido trabajo en equipo, ninguna es más que la otra, cada una cumple con su función y, a pesar de que todas son muy distintas, es precisamente ahí, en sus diferencias, donde el equipo se fortalece, brilla con luz propia y entonces el triunfo llega.
“Ser escaramuza te hace mejor persona porque no sólo piensas en ti, sino en el bien común”, afirma Nasyerih.
INICIA EL LEGADO
La Charra de Saltillo ya ha dado vida a tres “hijas”: Charra de Saltillo Categoría A, que el año pasado quedó subcampeona en el Campeonato Nacional Charro Infantil, Juvenil y de Escaramuzas; la Juvenil, que se posición en el octavo lugar del mismo certamen, así como otro equipo de niñas en la categoría Dientes de Leche.
Nasyerih afirma que estos equipos fueron creados para sentar un precedente que permita a las nuevas generaciones de escaramuzas tener condiciones deportivas más justas, y que este deporte se deje de considerar como un hobbie.
“Una de nuestras metas es ser equipos de alto rendimiento y siempre estar entre los mejores cinco o 10 equipos del país”, sostiene.
Con estas niñas y jovencitas inició una escuela que tiene sede en la Arena 8 Segundos, y día a día busca hacerla crecer.
CHARRAS DE ALTO RENDIMIENTO
Así describe Nasyerih a sus compañeras de la Escaramuza Charra de Saltillo:
Paulina Galindo Cepeda: “Tiene una energía muy positiva e irradia amor”.
Wendy Martínez Vázquez: “Es una persona prudente y empática”.
Liliana Aguillón Farias: “Talentosa, leal y entregada”.
María Colunga Galindo: “Es madura y ordenada”.
Irma Martínez Corpus: “Es comprometida y profesional”.
Eugenia Morales Marín: “Tiene la meta muy clara de ganar y ser exitosa”.
Laura Saucedo: “Es disciplinada y muy buena escaramuza”.