Daniel Garza Tobón, biólogo y fotógrafo saltillense, afirma haber encontrado su propósito en esta vida: a través de su lente, ha retratado y mostrado al mundo las maravillas de la naturaleza.
Su lema, “no se ama lo que no se conoce”, lo ha impulsado a explorar gran parte del territorio mexicano buscando enamorar a las personas de la naturaleza para que se cuiden los ecosistemas y evitar la extinción de más especies.
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Desde su infancia, Daniel desarrolló un gran interés por la naturaleza, lo que lo llevó a profesionalizarse en el área. Más tarde descubrió que el arte de la fotografía le permitiría plasmar lo que más le apasionaba. Actualmente recorre el país en busca de fotografías de especies de aves.
El pasado 20 de enero obtuvo el segundo registro para México de una de las aves más raras, la Chocha del Este, en Nuevo León. Esta es la especie número 983 fotografiada por Daniel, de las mil que tiene como meta.
“Fotografiar a esta especie refuerza mi compromiso con la conservación y la importancia de proteger los ecosistemas que estas aves necesitan para sobrevivir”, comentó.
En entrevista con RODEO CAPITAL, Daniel compartió un poco sobre sus pasiones y lo que lo ha llevado a ellas.
AMOR POR LA NATURALEZA
“Siempre me ha gustado la naturaleza, y quise dedicar mi vida a conocerla. No sabía exactamente en qué iba a trabajar, pero quería aprender más sobre ella”, dice Daniel, quien recuerda con claridad cómo los viajes a Colombia, tierra de su madre, despertaron en él una fascinación por la diversidad alada.
“Colombia es el país con mayor diversidad de aves en todo el planeta. Las veces que visitamos a la familia, me llamó mucho la atención la gran diversidad de aves que veía. Luego, venía a México y veía otras especies diferentes, así que decidí: ‘quiero conocer más, quiero conocer a las aves’. Así fue como comencé”, recuerda.
Así, después de graduarse como biólogo y tomar una clase de fotografía, fue que le dio forma a su propósito: divulgar la belleza de la biodiversidad a través del arte visual. “Decidí dedicarme a mostrar la naturaleza como arte, para que se aprecie desde otra perspectiva”, explica.
Han pasado ya 30 años y nos cuenta que ha publicado 30 libros, y cerca de 8 mil de sus fotografías han sido publicadas en muchos libros, más de 60, de arte fotográfico.
Así ha logrado que sus fotografías lleguen a miles de hogares, sembrando en ellos la semilla del amor por la naturaleza.
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“He tenido la suerte de viajar y documentar la biodiversidad de diferentes regiones del país, porque son muy distintas, desde el norte hasta el sur, la Península de Yucatán, Baja California...” declaró.
“Cada región tiene su particularidad. He publicado libros sobre aves, mamíferos, paisajes de México y ecosistemas, como los desiertos y los bosques. También acabo de publicar una colección de cinco libros sobre aves de México para niños, con el objetivo de despertar su interés por la naturaleza”, agrega.
¿POR QUÉ LAS AVES?
Para Daniel, las aves son una ventana al mundo natural, pues señala que son uno de los grupos animales con los que siempre vamos a estar en contacto: “hay muchas personas que no las ven, pero están ahí. Cuando comienzas a conocerlas y apreciarlas, te das cuenta de su belleza y peculiaridades. Esto te hace más sensible y te motiva a querer cuidarlas, conservarlas y, por ende, cuidar los ecosistemas. Al cuidar a las aves, estamos conservando todo el ecosistema.
“El mayor reto para fotografiar aves es el acceso a ciertos lugares, muchas veces por temas de inseguridad”, explica. A esto se suman los desafíos naturales: especies en peligro, hábitats fragmentados, y la necesidad de tener paciencia... y suerte.
ECOSISTEMAS EN RIESGO
Pero para Daniel, su trabajo va más allá del registro científico. Busca inspirar un cambio, generar conciencia sobre la recuperación de áreas forestales que se están perdiendo, no solo en Coahuila y México, sino en todo el mundo. Esta pérdida de hábitat, señala, es una de las principales causas de la extinción de muchas especies.
“Todos podemos participar en campañas de reforestación y evitar incendios, ya que esto destruye los ecosistemas de forma irreversible”, afirma, convencido de que la conservación empieza por la conciencia. En el noreste de México, donde los bosques captan agua vital para ciudades como Saltillo y Monterrey, su mensaje resuena con urgencia.
INSPIRANDO A MILES
Hace 17 años, en 2009, Daniel fundó la Comunidad Mexicana de Fotógrafos de Naturaleza, hoy con más de 80 mil miembros, y el Club de Observadores de Aves de Saltillo, con cerca de 80 participantes.
“A través de mis libros y redes sociales. En los 30 libros que tengo como autor han sido más de 100 mil copias impresas que están en varios miles de hogares y es increíble cómo la gente me reconoce y aprecia lo que hago”, dice con emoción.
“Siento una gran satisfacción al ver que mis 8 mil fotografías han sido publicadas en libros de arte. Es maravilloso saber que muchas personas han visto la naturaleza a través de mis ojos y que, quizás, se han inspirado a estudiar la naturaleza”
Su trabajo ha sembrado vocaciones, incluso en su propia familia: “mis sobrinos, que desde pequeños veían lo que hacía, ahora son biólogos”.
MÁS PROYECTOS
Mirando hacia adelante, Daniel quiere ampliar su alcance en Instagram, TikTok y Facebook. Además planea lanzar un canal de YouTube:
“Estoy comenzando un canal de YouTube para compartir mis expediciones. Más allá de las fotos, quiero que las personas me acompañen en todo el proceso de producción y mis vivencias a través de videos. Espero generar ingresos a través de YouTube que me permitan seguir dedicándome a esto y alcanzar a más personas, con el objetivo de generar un impacto positivo en la conciencia pública sobre la conservación”.
En este camino, también de las aves, uno de los libros que está editando es de los colibríes de México, de los cuales ya ha fotografiado todas las 60 especies existentes en el país.
“También estoy trabajando en un libro sobre las mil aves mexicanas fotografiadas, y con este último proyecto, espero cumplir mi meta de alcanzar las mil especies, solo me faltan 17”.
Daniel continuará con expediciones por Baja California, Chiapas y la Sierra de San Pedro Mártir. Ahí espera completar su colección de mil especies fotografiadas, incluyendo nuevas especies.
¿Considerarías que tu trabajo es tu propósito en la vida?, se le cuestionó.
“Sí, definitivamente. Siempre quise conocer la naturaleza, especialmente las aves. Creo que mi propósito es compartir este conocimiento y pasión con los demás, para que todos se enamoren de ella, como cuando pruebas algo delicioso y quieres que otros también lo prueben. La naturaleza es genial”.
