En medio de la carretera, viendo el amanecer y el atardecer, con la música de grandes cantantes de country de fondo. Así fue como nació Zappe Country en la mente de Armando Mireles, bajista, fundador y segunda voz de esta agrupación, que ha puesto al género en lo alto de Saltillo y Coahuila durante los últimos 10 años.
El 8 de mayo, Zappe Country celebró sus primeros 10 años de historia, y a manera de agradecimiento a quienes los han acompañado desde el inicio -en este mismo mes- realizaron una reunión íntima y muy simbólica. “Queríamos dar las gracias por el apoyo, la paciencia y el tiempo que nos han tenido. Paciencia, principalmente”, dice Armando sonriente.
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Desde sus inicios como un grupo de amigos con ganas de tocar algo diferente, hasta consolidarse como una banda representativa del movimiento country en el norte del país, Zappe ha crecido a la par del gusto del público local por el propio género.
“Cuando empezamos era muy raro escuchar country en Saltillo. Hoy lo escuchas en la radio, en las tiendas, en los festivales. Hemos visto cómo el género se ha ido quedando, y nos da gusto saber que algo de eso también es parte de nosotros”.
UNA AGRUPACIÓN 100% COAHUILENSE
El grupo se integra por “pura gente nacida en Coahuila”, dice Armando orgulloso, antes de presentarnos a los miembros: Rubén Martínez, en la guitarra eléctrica (de Ciudad Acuña); José Luis Gutiérrez, en la batería (Monclova); Fidel González, en el violín (Parras de la Fuente); Carlos Castilla, en la guitarra acústica y composición; Ricardo Mireles, también en guitarra acústica (hermano de Armando, de Ramos Arizpe); Antonio Lomelí, vocalista, y José Luis Amarillas, el ingeniero de audio.
“La idea surgió porque todos traíamos influencias muy variadas. Todos somos músicos de años, pero cada uno traía su género. Por ejemplo el flamenco, rock, norteño, folclor. Pero el country lo abrazó todo. Nos dio ese espacio donde cabe el amor, la unión, la familia, el ambiente campirano, la carne asada, el café en la lancha mientras amanece durante la pesca. Nos dio identidad”.
Para llegar a lo que son hoy en día, tuvieron que pasar muchas cosas. Y es que aunque la idea original de Armando -a quien después se le unieron Ricardo y Rubén-, era formar una banda exitosa, comenzó como un experimento entre cervezas y ensayos relajados. De hecho, el primer nombre que pensaron ponerle al grupo era “50 Beers on Monday”, porque sí, como ese nombre lo dice, se juntaban los lunes a “ensayar”, pero literalmente se tomaban 50 cervezas. Del ensayo no quedaba nada.
Más tarde el grupo se fue tomando más serio. “De 50 cervezas, ahora nos tomamos dos (...) el grupo mismo nos empezó a exigir disciplina, orden, mejores instrumentos. Ya no éramos solo amigos, éramos músicos con un propósito”.
Debido a esto, algunos miembros de la banda, de aquel entonces, fueron saliendo de ella, pues no podían dedicarse de manera profesional. Fue así como se fue llegando a lo que es ahora: una alineación sólida y con músicos que se dedican a ello de manera profesional.
SALTILLO, UNA CASA QUE FUE DIFÍCIL DE CONQUISTAR
Aunque Zappe Country ha tocado en escenarios imponentes como la Arena Monumental de Aguascalientes (frente a 15 mil personas en un rodeo de Cuernos Chuecos), y en rodeos en Del Rio, Texas, el mayor reto ha sido conquistar a su propia ciudad.
“Saltillo es difícil. A veces sentimos que nos costó más aquí que en otras partes. Pero también aquí es donde hemos crecido, donde nos hemos forjado y donde hemos aprendido a leer a la gente, a llevarla con nosotros canción tras canción”.
Explicó que los saltillenses necesitan que los empujen un poquito. Y es algo que ya tienen muy identificado y a lo que, incluso, le han hecho un “truco” (no se los revelaremos... bueno, sí, pero a medias). Un grupo de amigos que “no llenan de Zappe Country” siempre van a sus conciertos y aplauden entre cada canción, gritan y les echan porras, y eso se contagia al resto de la gente, por lo que al final siempre se van entre aplausos.
”Empezamos ahí batallando y luego un aplausito, dos aplausitos, tres aplausitos, y ya sabemos más o menos en nuestro playlist cómo llevar a la gente para que termine el concierto arriba y que la energía se sienta, ¿verdad? Pero sí, sí, la ciudad donde más batallamos es en Saltillo”.
Actualmente, como lo mencionamos al inicio del texto, Zappe es todo un referente del género en la localidad. Una agrupación que a donde va reúne gente, y que, como dice Armando, “aunque sean 10 personas, disfrutamos mucho por el ambiente y la energía que se siente”.
LOS RETOS DE SER ZAPPE COUNTRY
Como nos cuentan, no todo ha sido sencillo. Han enfrentado ausencias inesperadas, como la del baterista que no llegó a un viaje a San Luis Potosí, y tuvieron que reemplazarlo de último momento, ideando un plan b, o momentos críticos cuando la mitad del grupo se fue de golpe.
“Pero no nos rajamos, le terqueamos. Buscamos ayuda, ensayamos el doble y salimos adelante. Lo bueno es que a veces hay que retroceder para agarrar vuelo”.
En esos momentos decisivos, cuando la vida los puso a prueba, el grupo llegó a plantearse si habría que seguir. Sin embargo la respuesta siempre fue sí: “hasta donde tope”. De aquellos baches que se les pusieron en el camino, salieron triunfantes y ahora están mejor que nunca.
Hoy, Zappe está produciendo nueva música —incluyendo una colaboración que emociona a muchos, con Las Moonshiners de Monterrey— y trabajan en temas escritos por distintos compositores del país, a fin de colaborar entre sí y seguir impulsando el country.
’ESTA NAVE NO TIENE FRENO’
Con inspiración en artistas como George Strait, Alan Jackson y Cody Johnson, Zappe Country se define por un sonido que mezcla lo clásico del country noventero con el sabor norteño del noreste mexicano. Son fanáticos del “country viejito, bueno, no tan viejito”, de los 90.
Sin embargo, sin importar qué tipo de country toquen, Mireles recuerda que más que un género, es un estilo de vida que engloba lo más bonito: la unión, la amistad, la familia, entre otros. Una cultura que disfruta mucho verla crecer en el resto del país.
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Y aunque ya han dejado huella en escenarios grandes y pequeños, su meta sigue siendo la misma con la que todo empezó: convertirse en el mejor grupo de country de México y compartir el estilo de vida vaquero, porque al final, como dice Armando, “con el country todo sabe mejor: el camino, el café, la vida”.
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