Entre la sequía y la esperanza: El renacer de la ganadería en Coahuila

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/ 14 octubre 2025

El plan estatal y federal para el campo apuesta por genética y mercados locales

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Por Antonio Neira

Bajo el sol ardiente del norte, donde la tierra es tan dura como la historia de quienes la trabajan, los ganaderos de Coahuila enfrentan uno de los retos más duros en décadas: la caída de las exportaciones de becerros hacia Estados Unidos. La crisis no sólo ha frenado el movimiento económico en los ranchos, sino que ha golpeado directamente los bolsillos de miles de familias que dependen de la ganadería para vivir.

“Estamos hablando de pérdidas de hasta 13 mil pesos por animal”, comenta un productor de la Región Carbonífera mientras observa a su hato, reducido y preocupado. “Teníamos becerros listos para cruzar la frontera, pero no hay a dónde enviarlos. Y el mercado interno no alcanza para todos”.

Sin embargo, en medio de esta tormenta económica, una nueva iniciativa ha comenzado a sembrar esperanza. El pasado 6 de septiembre, la presidenta Claudia Sheinbaum anunció un ambicioso programa de apoyo al sector ganadero, con una inversión federal de 700 millones de pesos para estados clave como Coahuila, Sonora y Durango. El objetivo: reactivar el músculo productivo del campo mexicano, con mejoras estructurales, apoyo a la genética y una apuesta decidida por el consumo interno.

GENÉTICA COMO PALANCA DE CAMBIO

Uno de los ejes centrales del programa es la entrega de sementales de alta calidad genética, con un apoyo económico por semental que ronda los 35 mil pesos, sumando esfuerzos federales y estatales.

Este impulso no es nuevo, pero sí renovado. En mayo, el Gobierno de Coahuila encabezado por Manolo Jiménez Salinas ya había iniciado el Programa Estatal de Mejoramiento Genético, entregando más de 400 toros de registro en municipios estratégicos como Múzquiz, Sabinas y San Buenaventura. La inversión estatal supera los 95 millones de pesos, incluyendo infraestructura, equipamiento rural y salud animal.

“Hoy nuestros ganaderos no sólo tienen acceso a mejores animales, sino a un futuro más rentable”, dijo el gobernador durante uno de los actos de entrega. “Cada semental es una inversión directa en el patrimonio de nuestras familias del campo”.

INFRAESTRUCTURA, RASTROS Y EMPACADORAS: CONSTRUIR DESDE ADENTRO

El nuevo programa no sólo piensa en genética. También incluye apoyos para la modernización de rastros, empacadoras, así como el equipamiento y adecuación de engordas, con el objetivo de generar un ciclo completo de producción en Coahuila, sin depender exclusivamente del mercado extranjero.

Esta estrategia también contempla fortalecer los centros de subasta, especialmente en regiones clave como Múzquiz, donde la venta local puede tomar un nuevo protagonismo si se gestiona con eficiencia.

“Estamos transformando una crisis en una oportunidad: si no podemos exportar, vamos a producir, procesar y vender mejor aquí mismo”, apuntó un funcionario estatal ligado al desarrollo agropecuario.

EL IMPACTO DEL CIERRE Y LA URGENCIA DE ALTERNATIVAS

La suspensión de exportaciones ha sido devastadora: de las más de 60 mil cabezas que se exportaban normalmente al año, sólo unas 5 mil han cruzado la frontera en 2025. El desplome es del 90%, y las pérdidas acumuladas se cuentan en millones de pesos.

El nuevo plan, según analistas y autoridades, busca compensar parte de esa caída en el corto plazo y reposicionar la ganadería coahuilense en el mediano. Apuestan por más carne en el mercado nacional, mejor calidad y procesos certificados que puedan, eventualmente, abrir otros destinos de exportación.

CENTROS DE SUBASTA

En esta nueva etapa, uno de los eslabones clave que el gobierno estatal busca fortalecer son los Centros de Subasta Ganadera, como el ubicado en Múzquiz, que por años ha sido punto de encuentro entre productores y comercializadores.

$!Los centros de subasta reactivan la dinámica comercial y ofrecen precios justos a los productores.

Más allá de ser simples espacios de venta, estos centros cumplen una función esencial: garantizan transparencia en precios, fomentan la formalización del comercio ganadero y permiten a los productores, especialmente los más pequeños, acceder a mejores condiciones de negociación.

“Cuando hay subasta, los compradores llegan. Ya no te imponen el precio, lo ves competir ahí mismo”, comenta un productor de Zaragoza que ha comenzado a vender sus becerros a través de este sistema. “Te das cuenta de cuánto vale tu trabajo realmente”.

El fortalecimiento de estas plataformas pasa por mejoras en infraestructura, capacitación del personal y promoción regional, para convertirlas en verdaderos polos de activación económica.

DESARROLLO ECONÓMICO RURAL: ACTIVAR EL CLÚSTER GANADERO

Pero si algo hace falta en este nuevo modelo es una visión más articulada y permanente. Por ello, voces del sector comienzan a plantear la necesidad urgente de contar con una área de Desarrollo Económico Rural que tenga una sola misión: activar y coordinar el Clúster Ganadero de Coahuila.

Este clúster implicaría mucho más que apoyos dispersos: sería una estrategia conjunta entre gobierno, productores, academia y sector privado, que impulse innovación, acceso a mercados, financiamiento, valor agregado y tecnificación, con una lógica integral.

Y, sobre todo, con una mirada inclusiva.

“Si no volteamos a ver a los productores más chicos, esto no va a funcionar a largo plazo”, señala una técnica agropecuaria en Sabinas. “Ellos no tienen tractores, ni corrales de engorda. Pero tienen animales, tierra y ganas. Necesitan acompañamiento, no dádivas”.

Una oficina especializada permitiría generar planes regionales diferenciados, identificar vocaciones productivas, ofrecer asesoría técnica personalizada y crear una red de valor real, donde hasta el último productor tenga una ruta para crecer y competir.

$!Sementales de registro fortalecen la genética del hato coahuilense, clave para un futuro más productivo.

EXPECTATIVAS Y ÁREAS DE OPORTUNIDAD

La expectativa inmediata es estabilizar al sector. A mediano plazo, se espera:

-Consolidar y modernizar los centros de subasta para dinamizar el mercado local.

-Implementar un área de Desarrollo Económico Rural que diseñe políticas a largo plazo.

-Articular un clúster ganadero estatal con participación activa de todos los actores.

-Voltear a ver y empoderar a los pequeños productores con asistencia técnica y comercial.

-Garantizar la transparencia en la entrega de apoyos y priorizar la capacitación.

-Negociar la reapertura de las exportaciones y diversificar destinos comerciales.

-Incrementar la productividad del hato con genética mejorada.

- Reducir la dependencia de exportaciones a EE. UU.

-Consolidar canales locales de engorda, sacrificio y comercialización.

-Aumentar el consumo interno de carne producida en Coahuila.

-Estimular el empleo rural en regiones afectadas por la migración o la sequía.

Sin embargo, las áreas de oportunidad son igual de importantes que los logros:

-Será fundamental garantizar la transparencia en la entrega de apoyos.

-Se requiere capacitación técnica y veterinaria para aprovechar al máximo los sementales entregados.

-Hace falta un acompañamiento comercial real para los productores pequeños.

-Y, por supuesto, urge negociar y resolver el tema sanitario que mantiene cerrada la frontera a los becerros mexicanos.

UNA NUEVA ESPERANZA RURAL

Lo que parecía una sequía económica sin fin comienza a recibir las primeras lluvias de apoyo. Entre el polvo de los potreros y la incertidumbre del mercado, el mensaje es claro: el campo coahuilense no está solo.

Y si algo ha demostrado la gente del norte es que con un poco de apoyo y mucha voluntad, saben levantarse una y otra vez.

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