Herencia vs. sucesión en la administración de un rancho ganadero (II)

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/ 1 junio 2025

El desafío para las familias rurales en México

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Colaboración especial de Antonio Neira Villajuana, productor de ganado Beefmaster y miembro del Comité Ciudadano de Fauna Silvestre, Región Centro

La actividad ganadera en México representa no solo una fuente de ingresos, sino también un legado cultural y familiar que muchas veces se transmite de generación en generación.

Sin embargo, cuando llega el momento del relevo generacional surgen dos procesos que, aunque relacionados, tienen naturalezas distintas: la herencia del rancho y la sucesión en su administración o gerencia. Confundir ambos puede poner en riesgo la continuidad del negocio, la armonía familiar y el valor del patrimonio.

La herencia es un proceso legal mediante el cual se transmite la propiedad del rancho a los herederos, ya sea mediante testamento o a través de un juicio sucesorio intestamentario. Este proceso tiene implicaciones patrimoniales, fiscales y jurídicas, y define quiénes serán los nuevos propietarios del bien.

Sin embargo, ser propietario no implica necesariamente tener las capacidades, la voluntad o la preparación para administrar un rancho ganadero, que por su naturaleza es una empresa compleja, viva y en constante evolución.

Por otro lado, la sucesión en la administración o gerencia se refiere a quién asumirá el liderazgo operativo del rancho. Esta figura debe tener conocimientos técnicos, habilidades administrativas y, sobre todo, compromiso con la continuidad del negocio. En muchos casos, el heredero legítimo no es el más apto para dirigir, y asignar la administración por simple parentesco puede llevar al fracaso económico del rancho.

Aquí surge una dicotomía crucial: la propiedad puede dividirse entre varios herederos, pero la administración no debería atomizarse. Un rancho no puede tener cinco gerentes con visiones distintas.

Por ello es recomendable separar ambos procesos: que los herederos sean dueños, pero que uno de ellos –o un tercero– administre con autoridad y claridad. Para lograrlo, es necesario planificar con anticipación, preparar al sucesor, definir reglas claras y documentarlas formalmente mediante un testamento, un protocolo familiar o incluso la creación de una empresa familiar.

La falta de planeación sucesoria es uno de los mayores enemigos de los ranchos familiares en México. Muchas propiedades acaban divididas, abandonadas o vendidas por desacuerdos entre herederos, desperdiciando años de trabajo y debilitando el desarrollo del campo. Por ello, resulta urgente que las familias rurales adopten una cultura de sucesión planificada, con visión empresarial y sentido de legado.

CONCLUSIÓN

Mientras que la herencia garantiza la transmisión del patrimonio, la sucesión en la administración asegura la continuidad del negocio. Ambas deben ir de la mano, pero jamás confundirse. Solo así el rancho familiar podrá sobrevivir a las generaciones y seguir siendo fuente de orgullo, identidad y prosperidad.

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