A su corta edad, Israel Pérez Tovar es todo un campeón. Se mide con chicos de Estados Unidos, Australia, Canadá, Guatemala y Brasil, y los supera por mucho.
Tiene 14 años, pero en realidad apenas bastaron los últimos 365 días para demostrar de lo que está hecho.
En 2024, a los 13, participó por primera vez en el National Junior High Finals Rodeo realizado en Iowa, Estados Unidos y quedó en el lugar 22 en la categoría de amarre de chiva.
Apenas un año después la historia cambió por completo: a finales de junio de 2025 participó en la misma competencia enfrentándose a más de 160 jóvenes que también estuvieron ahí y subió hasta la tercera posición.

“El año pasado iba más asustado porque no sabía lo que iba a pasar, pero esta segunda ocasión iba con mi mente más enfocada en el trabajo que iba a hacer”, comenta en entrevista para RODEO CAPITAL.
LIBRANDO OBSTÁCULOS
Relata que fue una prueba difícil, pues el primer obstáculo fue la imposibilidad de llevar a su fiel caballo Yankee a la competencia para la que tanto habían entrenado juntos.

Las políticas estadounidenses para el cruce de un caballo marcan que el animal debe estar en cuarentena para ser revisado por especialistas que determinen si está libre de enfermedades, sin embargo para Israel era imposible prescindir de él por tanto tiempo, pues tenía otras competencias.

Esto representó un gran reto, porque estando en Iowa fue necesario rentar un caballo con el que Israel nunca había tenido contacto y sólo tuvo una tarde para conocerlo, adaptarse a él e iniciar la competencia.

“Es muy difícil pasar los caballos de México a Estados Unidos, entonces tuve que usar un caballo rentado, tuvimos sólo una tarde para conocernos y hacer match para poder trabajar juntos, pero se logró”, celebra.
UN EVENTO DE RODEO QUE MARCÓ SU FUTURO
Su trayectoria como vaquero inició a los 7 años. En su familia no había antecedentes de alguien que se dedicara a estas disciplinas del rodeo, pero a partir de que acudió a un evento y vio la suerte del amarre de chivas, supo que él lo podría hacer... y muy bien.
“Nadie de mi familia es vaquera, ni charra o de caballos. Una vez fuimos a un rodeo como espectadores, vi el amarre de chiva y fue cuando me enamoré del deporte, y dije ‘yo quiero hacer esto’”, recuerda.

Una vez que ha incursionado en el ambiente vaquero y después de no haber nadie en la familia relacionado con estas disciplinas, ahora su hermana María Paulina, de apenas 10 años, también se prepara en este deporte como barrilera.
LA FAMILIA, UNA GRAN MOTIVACIÓN
Sus padres Israel Pérez y Paola Tovar han sido su principal impulso, su apoyo ha sido incondicional y se han dedicado a buscar los mejores entrenadores y los mejores lugares donde su hijo pueda practicar esta disciplina.

Diariamente Israel practica diferentes suertes durante cuatro horas en distintas arenas ubicadas en Arteaga, también va a clases de gimnasia olímpica, lo que le ayudan a adquirir las destrezas físicas que necesita para las competencias.
Y un complemento muy importante es la preparación mental y emocional, que pone en manos de un psicólogo, quien también lo ayuda a lidiar con las competencias.
Los padres de Israel siempre han tenido la disposición de apoyar a sus hijos en la disciplina que ellos prefieran practicar. Paola Tovar, su mamá, comenta que antes de incursionar en el mundo vaquero, el chico pasó por deportes como futbol o beisbol, sin embargo nunca fueron de su total agrado.

“Nosotros dijimos los vamos a apoyar en lo que los haga felices, y siempre les hemos buscado las herramientas para que triunfen. Yo le decía: ‘si te vas a dedicar al rodeo, que seas el mejor, pero siempre que lo disfrutes’”.
La señora Paola asegura que Israel es un apasionado de lo que hace, y aunque ha tenido algunos tropiezos en el camino, llora si es necesario, pero está dispuesto a superar ese mal momento y prepararse más intensamente para mejorar y ganar en sus siguientes competencias.
“Él mismo se lo ha propuesto, se exige mucho. Él solo pide su entrenamiento, no hay día que diga que no quiere ir o que tenga flojera, eso no pasa”, afirma.

Pero su trayectoria no incluye sólo los logros en estas disciplinas deportivas, también va de la mano con un excelente desempeño académico, y eso motiva a sus padres a seguirlo apoyando en todo lo que Israel necesite para sus entrenamientos y competencias.
AMARRANDO CHIVAS
Como el amarre de chiva es una suerte donde los vaqueros atrapan una cabra para amarrarle tres patas con una cuerda en el menor tiempo posible. La primera fase para llegar a la chiva se hace a caballo, después el participante desciende de este y empieza el amarre de la chiva, Israel le da gran porcentaje de su éxito al equino.
“El caballo es el que me ayuda en todo, si ganamos es por él y si perdemos es mi culpa. El caballo es el que me ayuda a llegar a la chiva en el menor tiempo posible, y mi trabajo con la chiva es el que define las cosas”, explica.

Cuando iniciaba en esta suerte del amarre de chiva, Israel marcaba tiempos de hasta 14 segundos, pero con mucha dedicación y entrenamiento ha logrado reducir a 9 segundos su marca personal, que fue la que lo llevó al tercer lugar mundial en Iowa.
¿QUE SE VIENE PARA ISRAEL?
Los próximos meses serán de mucho trabajo para este joven vaquero que acaba de concluir sus estudios de secundaria, pues además de su ingreso al bachillerato, también se estará preparando para sus siguientes competencias que son el preámbulo para llegar de nuevo al NJHFR en 2026.
En agosto y septiembre participará en la fase estatal, y esta le dará el pase a la nacional, que se llevará a cabo en noviembre. En esta etapa sólo los cuatro mejores son seleccionados para pasar al National Junior High Finals Rodeo del próximo año.
Otras disciplinas que Israel practica son la achatada de novillo, lazo doble, lazo y listón y lazo en falso. Todas las practica a diario, dependiendo de la arena donde le toque entrenar, pero hasta el momento su logro más representativo ha sido en el amarre de chiva.

Israel tiene sus raíces en Saltillo y de eso está muy orgulloso, sin embargo por algunas reglamentaciones en las competencias tuvo que registrarse como competidor por Nuevo León.
Hace algunos años Israel también era charro, y entonces las competencias de charrería se empalmaban con las del rodeo, por lo que era casi imposible participar en ambas. Ante esta situación se registró como participante del vecino estado, pues ya había recibido invitaciones previas de hacerlo.
Sin embargo, cuando empezó a competir con la Comisión Nacional del Deporte (Conade) ya no pudo cambiar su registro a Coahuila, pues con ello recibiría la sanción de no competir durante dos años por cambiarse de estado.
‘TODO SE PUEDE LOGRAR’
Israel afirma que la constancia, disciplina y sobre todo la pasión que le imprime a cada uno de sus entrenamientos y competencias, le han ayudado a ser mejor cada día para reducir los tiempos y la destreza con que realiza las suertes.

Entre sus logros y sus siguientes competencias, Israel se da tiempo para sugerir a otros jóvenes que inician o ya están en este camino del rodeo, a que sigan mejorando cada día y a dar lo mejor de sí mismos para obtener los mejores resultados.
“Jamás se den por vencidos. Con disciplina, práctica y entrenamiento todo se puede lograr. Si lo pueden soñar lo pueden lograr, y deben echarle todas las ganas del mundo”, indica.